EL RINCÓN DEL PADRE RAMÓN
El Padre Ramón nos comparte esta Reflexión, para vivir este mes dedicado a las Misiones.
SEAMOS MISIONEROS SIEMPRE Y EN TODO LUGAR.
El Papa Francisco nos invita a vivir este mes de octubre 2019 como un mes misionero extraordinario. Nos invita a que seamos misioneros, pasemos de una vida cristiana pasiva y cómoda a una vida decididamente misionera: “.El Papa recordando la reunión de Aparecida nos lo dice: “En esta línea, los Obispos latinoamericanos afirmaron que ya «no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos» y que hace falta pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera». Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para la Iglesia: «Habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse» (Lc 15,7)”.
¿Cómo lo podemos hacer?
Orando por nuestra conversión para que dejemos de ser católicos pasivos y seamos misioneros en este tiempo. A todos nos cuesta ser misioneros, llevar la Buena Noticia de la fe a otras personas por miedo, vergüenza, timidez, debilidad de fe, no saber cómo hacerlo. La oración nos transforma, nos llena del Espíritu Santo como los primeros discípulos en Pentecostés. Para esto es justo y necesario renovar mi encuentro profundo con Jesucristo. El Papa nos invita : “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! EG 3
Oremos por todos los que no están en la Iglesia. Oremos por esos hermanos nuestros que no van a nuestra comunidad y que son nuestros parientes más cercanos, nuestros vecinos, colegas de trabajo, personas conocidas del colegio, que son el 90 y tantos por ciento de la población (recordemos que los que vamos a la Iglesia no llegamos al 10%).
El Señor puede actuar en ellos para que se abran a la Gracia de Dios. El Papa Francisco nos lo remarca en su carta sobre la Nueva Evangelización: EG 281La fuerza misionera de la intercesión. Hay una forma de oración que nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás: es la intercesión. Miremos por un momento el interior de un gran evangelizador como san Pablo, para percibir cómo era su oración. Esa oración estaba llena de seres humanos: «En todas mis oraciones siempre pido con alegría por todos ustedes […] porque los llevo dentro de mi corazón» (Flp 1,4.7). Así descubrimos que interceder no nos aparta de la verdadera contemplación, porque la contemplación que deja fuera a los demás es un engaño.
Soy misionero ofreciendo sacrificios por los alejados: Cuando los discípulos no pudieron echar un demonio de una persona Jesús les dijo que estos demonios salían con oración y ayuno. Ayunar, hacer sacrificios para que muchos puedan conocer el infinito amor del Señor que es lo único que sacia al ser humano. Esto lo podemos hacer todos y nos haría muy bien, haciendo un sacrificio u ofreciendo las contrariedades de la vida, los achaques de la edad, soportando a las personas difíciles (7ma. Obra de misericordia espiritual) Como dice el Papa Benedicto en la carta sobre la esperanza: “ Sufrir con el otro, por los otros; sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo”
Soy misionero hablando cara a cara: La Iglesia se renovará verdaderamente cuando todos y en todas partes seamos misioneros, llevemos a Jesús a los demás, siempre y en todo lugar; nos lo dice así el Papa: EG 127. Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino.
Para vivir este mes extraordinario podemos hacer todos los días estas cuatro acciones. No necesitamos muchas cosas o técnicas. Es un momento de gracia. El Señor quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1Tim 2,4). No olvidemos lo que nos dice el Papa Francisco: “. Si pudiéramos seguir ese camino( misionero), ¡sería algo tan bueno, tan sanador, tan liberador, tan esperanzador! Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien. Encerrarse en sí mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia, y la humanidad saldrá perdiendo con cada opción egoísta que hagamos.
Pbro. Ramón Tapia Rodríguez.